Netflix ha descifrado el código secreto. La mejor manera de acumular números y calificaciones es seguir produciendo programas de crímenes reales. Inmediatamente después de Tinder Swindler, la plataforma lanzó Inventing Anna, basada en la historia real de una joven encantadora, Anna Delvey. Anna se hace pasar por una heredera alemana con un patrimonio neto increíble y, bajo la apariencia de eso, estafa a las élites de Manhattan.
Los espectadores han estado obsesionados con el programa. Tanto es así que Inventing Anna es el mejor programa en inglés del streamer. Pero ¿por qué la locura? Porque todos nos vemos en ella y queremos llegar a ser como ella. ¿Un estafador exitoso? No. Pero inventar nuestra propia versión de Anna que sea exitosa e inteligente.
LEA TAMBIÉN: Inventing Anna se convierte en el programa en inglés más visto de Netflix
Cada personaje de Inventing Anna está construyendo su propia marca
Anna Delvey sabía lo que funcionaba en esta cultura superficial de Internet. No necesita un título, una estrategia o incluso financiación para tener un negocio. Necesitas una marca personal y habilidades manipulativas. Vemos a Anna aferrándose a su marca personal a pesar de estar en juicio por cargos de fraude. Ella pide ropa nueva para pararse frente al juez e incluso exige que Vivian utilice los servicios VIP si quiere su historia.
La periodista embarazada Vivian está desesperada por revivir el valor de su marca después de informar una historia falsa. Bloomberg rescindió su oferta y la enviaron a la Serbia del periodismo. Manipula a Anna para contar su historia a cambio de fama. El novio de Anna, Chase, inventó una historia de inmigración porque sabía que a los inversores les encantan las historias. El abogado de Anna tomó su caso porque quería que las élites legales lo tomaran en serio. No solo quería ser un abogado de WeWork.
La creación de redes y tener los amigos de marca adecuados en su círculo puede aumentar el valor de su marca. Por ejemplo, Anna se hace amiga de Kacy Duke y Taila Mally. Sus amistades dan credibilidad a su marca, como verá en Inventing Anna.
Somos culpables de Inventarnos nuestras Annas en la vida real, ya sea en LinkedIn o Instagram. ¿Qué opinas de esta pequeña revelación? ¡Háganos saber en los comentarios!
LEA TAMBIÉN: Inventando a Anna: Anna Delvey responde a su ex-amiga Rachel DeLoache Williams – La llama hipócrita