El apoyo social es la percepción o experiencia de ser cuidado, valorado y respetado por los demás. Puede provenir de varias fuentes, como familiares, amigos, vecinos, grupos comunitarios o profesionales de la salud. El apoyo social puede brindar beneficios emocionales, instrumentales, informativos o de evaluación a los adultos mayores, como comodidad, asistencia, consejos o comentarios.

Según Mayo Clinic, el apoyo social puede enriquecer su vida y mejorar su salud de muchas maneras. Puede ayudarlo a lidiar con el estrés, mejorar su autoestima y reducir el riesgo de depresión y ansiedad. También puede motivarlo a adoptar comportamientos saludables, como actividad física, buena nutrición y sueño adecuado. Además, el apoyo social puede protegerlo de los efectos negativos de las enfermedades crónicas y el deterioro cognitivo al estimular su sistema inmunológico y la función cerebral.

En este artículo, revisaremos algunas de las pruebas sobre cómo se relaciona el apoyo social a diversos aspectos de la salud y el bienestar de los adultos mayores. También discutiremos algunos de los factores que influyen en la disponibilidad y calidad del apoyo social para esta población.

Apoyo social y salud física

El apoyo social puede tener un impacto directo o indirecto en resultados de salud física entre los adultos mayores. Directamente, el apoyo social puede brindar recursos o servicios tangibles que ayuden a los adultos mayores a satisfacer sus necesidades básicas, como alimentación, vivienda, transporte o atención médica. Indirectamente, el apoyo social puede influir en los comportamientos de salud y los estados psicológicos que afectan la salud física, como la actividad física, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la dieta, el estrés, el estado de ánimo o la autoeficacia.

Varios estudios han encontrado que las personas mayores los adultos que tienen niveles más altos de apoyo social tienden a tener una mejor salud física que aquellos que tienen niveles más bajos de apoyo social. Por ejemplo:

– Un estudio realizado por Kelly et al. encontró que la soledad estaba fuertemente asociada con la depresión y las autoevaluaciones de la salud entre los adultos mayores. A su vez, mayor aislamiento social y menor apoyo social se asociaron con mayor soledad. El aislamiento social también se asoció con depresión y autoevaluaciones más bajas de la salud. La asociación entre aislamiento social y salud estuvo mediada por la soledad.

– Un estudio de Czaja et al. encontraron que tener un tamaño de red social más pequeño, más limitaciones funcionales y limitaciones para participar en actividades significativas se asociaron con niveles más altos de soledad y mayor aislamiento social entre los adultos mayores. La soledad y el aislamiento social también se asociaron con niveles más bajos de funcionamiento cognitivo y bienestar.

– Un estudio de Kelly et al. encontró que el apoyo social se asoció positivamente con la actividad física entre los adultos mayores. La actividad física se asoció a su vez con un mejor funcionamiento físico y un menor riesgo de enfermedades crónicas. Los autores sugirieron que el apoyo social puede mejorar la actividad física al brindar estímulo, compañía, retroalimentación o responsabilidad.

– Un estudio de Ng et al. encontró que el apoyo social estaba inversamente asociado con la mortalidad entre los adultos mayores en Singapur. Los autores sugirieron que el apoyo social puede reducir la mortalidad al amortiguar los efectos de los factores estresantes en la salud o al facilitar el acceso a la atención médica.

Apoyo social y salud cognitiva

El apoyo social también puede tener un impacto directo o indirecto en los resultados de salud cognitiva entre los adultos mayores. Directamente, el apoyo social puede proporcionar estimulación o desafío cognitivo que mejore la función cerebral y prevenga el deterioro cognitivo. Indirectamente, el apoyo social puede influir en la salud cognitiva a través de sus efectos sobre la salud física, la salud mental o los factores del estilo de vida.

Varios estudios han encontrado que los adultos mayores que tienen niveles más altos de apoyo social tienden a tener una mejor salud cognitiva que aquellos que tienen niveles más bajos de apoyo social. Por ejemplo:

– Una revisión sistemática de Kelly et al. encontraron que las actividades sociales, las redes sociales, el apoyo social y las medidas compuestas de las relaciones sociales se asociaron positivamente con varios dominios del funcionamiento cognitivo entre los adultos mayores sanos. Los autores sugirieron que las relaciones sociales pueden mejorar la función cognitiva al brindar oportunidades para aprender nueva información,

interacción social,

estimulación mental

o regulación emocional.

– Un estudio de Czaja et al. encontraron que la soledad y el aislamiento social se asociaron negativamente con el funcionamiento cognitivo entre los adultos mayores. Los autores sugirieron que la soledad y el aislamiento social pueden afectar la función cognitiva al reducir la estimulación cognitiva,

el compromiso social

o el desafío mental.

– Un estudio de los CDC encontró que los adultos mayores que tenían altos niveles de apoyo emocional tenían una mejor calidad de vida relacionada con la salud que aquellos que tenían bajos niveles de apoyo emocional. Los autores sugirieron que el apoyo emocional puede mejorar la calidad de vida al mejorar el bienestar psicológico,

la autoestima

o las habilidades de afrontamiento.

Factores que influyen en el apoyo social entre Adultos Mayores

La disponibilidad y calidad del apoyo social para los adultos mayores puede depender de varios factores a nivel individual,

interpersonal

o ambiental. Algunos de estos factores incluyen:

– Edad: los adultos mayores pueden experimentar cambios en sus redes sociales debido a la jubilación,

viudez,

reubicación,

o muerte de amigos o familiares. Estos cambios pueden reducir el tamaño,

diversidad

o la frecuencia de sus contactos sociales.

– Género: las mujeres mayores pueden tener más apoyo social que los hombres mayores debido a su mayor implicación en redes familiares,

amistad

o comunitarias. Sin embargo, las mujeres mayores también pueden enfrentar más desafíos para mantener su apoyo social debido a su mayor esperanza de vida,

tasas más altas de enfermedades crónicas

o un nivel socioeconómico más bajo.

– Cultura: los adultos mayores de diferentes orígenes culturales pueden tener diferentes expectativas,

preferencias

o normas con respecto al apoyo social. Por ejemplo, algunas culturas pueden valorar los lazos familiares más que otras,

o algunas culturas pueden enfatizar la reciprocidad más que otras.

– Personalidad: los adultos mayores con diferentes rasgos de personalidad pueden tener diferentes niveles de apoyo social. Por ejemplo, algunos rasgos de personalidad como la extraversión,

la amabilidad

o la apertura pueden facilitar las interacciones y relaciones sociales,

mientras que otros como el neuroticismo,

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la introversión,

u hostilidad pueden obstaculizarlos.

– Salud: los adultos mayores con mala salud pueden tener menos apoyo social que aquellos con buena salud debido a su movilidad reducida ,

funcionalidad,

o participación en actividades sociales. Sin embargo, los adultos mayores con mala salud también pueden necesitar más apoyo social que aquellos con buena salud debido a su mayor vulnerabilidad,

dependencia

o estrés.

Conclusión

En conclusión, el apoyo social es un factor importante que puede influir en la salud y el bienestar de los adultos mayores. El apoyo social puede brindar varios beneficios a los adultos mayores, como comodidad emocional, asistencia instrumental, asesoramiento informativo o retroalimentación de evaluación. El apoyo social también puede mejorar la salud física y cognitiva de los adultos mayores al influir en sus comportamientos de salud, estados psicológicos o función cerebral. Sin embargo, la disponibilidad y calidad del apoyo social para los adultos mayores puede variar según su edad, género, cultura, personalidad o estado de salud. Por lo tanto, es importante evaluar las necesidades y preferencias de apoyo social de los adultos mayores y brindarles intervenciones adecuadas y personalizadas para mejorar su conectividad social y bienestar.