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Esta reseña de la temporada 1 de Intimidad (o Intimidad) de Netflix no contiene spoilers.

Es bueno ver a Itziar Ituño de regreso en nuestras pantallas de transmisión, especialmente después de su actuación impresionante en las etapas finales de Robo de dinero. En Privacidad, la actriz pasa de ser la esposa del profesor a una candidata a alcalde llamada Malen. La historia encuentra a Malen en una posición difícil; tiene que lidiar con un video filtrado de ella teniendo sexo, lo que no solo pone en riesgo a su familia, sino también a su carrera.

La privacidad trata los dolores del cibercrimen abusivo; cómo las revelaciones íntimas sobre la vida de una persona pueden ser destructivas en diferentes áreas de la vida. La historia también presenta a Bego (interpretada por Patricia López Arnaiz), un personaje decidido que quiere descubrir la verdad detrás del suicidio de su hermana. Su hermana (Ane) también es víctima de un delito cibernético abusivo luego de que se difundiera un video sexual en su lugar de trabajo.

La privacidad es el meollo del problema; por un lado tienes a una candidata a alcalde tratando de controlar la narrativa, y por el otro tienes a una mujer común que sintió vergüenza de denunciar lo que le sucedió en el trabajo, lo que la llevó a su muerte innecesaria. Ambos estudios de caso son ejemplos de la naturaleza aterradora de las redes sociales y de cómo no ayudan a las mujeres a denunciar delitos en su contra debido a la vergüenza y la vergüenza. Malen intenta distorsionar este concepto abordándolo de frente, pero hay un sentimiento oscuro al comprender que Ane no tenía voz. El primer diálogo es poderoso por parte de Malen: afirma que tuvo relaciones sexuales consentidas en la playa y”eso es todo”. Sin embargo, las revelaciones de intimidad grabadas pueden destruir una vida.

La serie de Netflix es genial y dramática. Mientras mantiene el tema de la historia serio, las actuaciones mantienen el entretenimiento. Hay un pulso fuerte que se mantiene constante a lo largo de cada episodio a medida que las dos historias de Malen y Ane se entrelazan y hacen ironías contundentes. La privacidad tiene un fuerte sentido de frenesí, por lo que no sorprende que Itziar Ituño haya sido elegida para dirigir. Está acostumbrada a una trama de ritmo rápido, después de todo.

La privacidad es útil para el tema. Representa la naturaleza cruel del ciberdelito y cómo puede poner patas arriba la vida de una persona. Aprovecha las emociones que surgen cuando se revela un momento privado de intimidad física. Y por eso, la serie de Netflix merece todos los elogios. Los personajes están maravillosamente bien interpretados y comprenden lo que está en juego; traen conciencia de este tipo de delitos al redil, lo cual es intransigente. Sí, hay muchos giros en el camino, pero el tema se mantiene fiel a sí mismo.

Dicho esto, la privacidad merece mucho más reconocimiento que su marketing limitado. Esperemos que la falta de marketing no perjudique sus esfuerzos y el boca a boca. La serie española es un reloj perspicaz pero emocionante.

¿Qué te pareció la temporada 1 de Intimidad de Netflix (o conocida como Intimidad)? Comentarios a continuación.

Puedes ver esta serie con una suscripción al servicio de transmisión.